Las flores preservadas han sido sometidas a un avanzado proceso de conservación mediante el cual se extrae la savia de la flor, y se sustituye por una solución a base de glicerina. Gracias a esto se evita que la flor sufra una deshidratación, conservando todas sus propiedades químicas. Lo ideal una vez terminada la boda, es enmarcarlo o ponerlo en la cúpula el ramo de novia preservado para que dure por más tiempo y evitar así los cambios de temperatura que puede sufrir el ramo al estar al aire libre en tu domicilio y el polvo que puede dañar las flores. La durabilidad de las flores preservadas no tienen un tiempo concreto, suelen durar algunos años, por eso la garantía que ofrecen las marcas comerciales es de 1 año.